En las primeras décadas del siglo pasado el club brasileño São Cristóvão de Rio de Janeiro tenía una realidad distinta a la actual, era protagonista del Campeonato Carioca e inclusive ya se había proclamado campeón de Rio en 1926, su único campeonato hasta la actualidad. En 1937 el club albo emprendió una gira por Sudamérica iniciando en el Perú que le permitiría ser parte de la historia futbolística de nuestro país al ser el primer club brasileño en jugar en tierras peruanas. Arequipa no fue ajena a tan interesante visita pues en el mes de agosto del mencionado año, los jugadores cariocas se presentarían en el Stadium Melgar para enfrentar a un Aurora que representaría de manera digna a la ciudad.
La llegada del São Cristóvão a tierras mistianas se debió al esfuerzo realizado por algunos empresarios locales quienes solicitaron ciertas facilidades a la Liga local (que a la larga trajeron algunos problemas que pudieron culminar en la suspensión del partido y que finalmente fueron superados), aprovechando que el mencionado equipo se encontraba en Lima. El cuadro brasileño llegaría a la ciudad blanca en tren luego de una larga travesía en el vapor Orduña desde el Callao a Mollendo que empezó el 17 de agosto, llegaban con un saldo negativo pues de los seis encuentros jugados en la capital solo salieron vencedores en dos al derrotar al Sport Boys y al Alianza Lima.
Para aquel año el Aurora era el mejor equipo de la ciudad habiendo conquistado el torneo Apertura de 1937 y haberse consagrado campeón en varias ocasiones en los años anteriores, credenciales mas que suficientes para ser seleccionado como rival de los brasileños. Debido al buen juego colectivo que practicaban los atigrados, para aquel partido solo fue necesario un par de refuerzos provenientes de otro club animador de la liga local, el FBC Piérola. El Aurora no sería el primer club de provincia en enfrentar a los brasileños, pues el equipo trujillano de Alfonso Ugarte de Chiclín ya habían enfrentado a los cariocas en Lima propinándoles su ultima derrota en la capital.
Debido a la gran expectativa del público, no solo de Arequipa, sino también de otras partes del sur del país por ver actuar a un club brasileño de buena calidad futbolística, la empresa de ferrocarriles Peruvian Corporation habilitó trenes especiales para la venida de aficionados de Puno, Cusco y Mollendo; además se hicieron modificaciones al Stadium Melgar exclusivamente para el partido, éstas incluyeron la construcción de una nueva tribuna popular en la parte norte con capacidad para 1500 personas y la ampliación de la tribuna principal para albergar unos 500 espectadores mas en aquel sector del estadio.
El día del partido se vivió un marco espectacular no visto antes en la ciudad, ocho mil personas llenaron el estadio, la llegada de compatriotas provenientes de otras provincias contribuyeron incluso a dinamizar la economía de la ciudad.
⚽AURORA vs SÃO CRISTÓVÃO
Fecha: Domingo 22 de agosto de 1937.
Escenario: Stadium Melgar.
Árbitro: Sr. Alfredo Corzo Masías.
El playkick de honor fue realizado por el coronel Eloy G. Ureta, Prefecto del Departamento, quien con autoridades deportivas de la ciudad ocupaba el palco de honor del estadio aquel día. Los brasileños fueron los que dieron inicio al cotejo demostrando desde el comienzo ser un conjunto poderoso. Los del Aurora iniciaron el partido un tanto indecisos pero poco a poco fueron serenándose. Los cariocas abrirían el marcador mediante una jugada elaborada por la banda izquierda culminada magistralmente con un fuerte remate de Hugo que el arquero atigrado Sotomayor pudo haber evitado. A pesar del marcador en contra, los del Aurora de a pocos comenzaron a soltarse y llevar peligro al arco brasileño, es así que antes de culminar el primer tiempo lograron el empate en los pies de Samuel Delgado luego de los incesantes ataques realizados. Cerca de haberse jugado tres minutos de la segunda mitad, la delantera local desconcertó a los visitantes al lograr colocar un segundo gol mediante un tiro rasante de Neira al palo izquierdo del portero brasileño. Ni bien reiniciadas las acciones, el Aurora recuperó el balón y avanzó hacia el arco del São Cristóvão, ya en el área, Olazábal remató al arco con poca fortuna ya que el esférico dio en el palo, pero éste fue recibido por Vernal, quien batió al arquero brasileño Walter con un tiro bien colocado. Con los dos goles de ventaja, los atigrados bajaron sus revoluciones lo que trajo como consecuencia que los cariocas se hicieran de la posesión del balón y del control del partido, por lo tanto, la defensa local comenzó a tener una tara recargada para evitar algún gol de los visitantes. Dentro de ésta labor defensiva destacó el jugador Alcócer que en varias ocasiones evitó la caída de su portería. La insistencia del ataque brasileño se vio recompensada con un gol que decoraría el marcador con un 3 a 2 a favor de los locales, score que no se movería mas pues el partido culminaría con triunfo atigrado. El Aurora ganó, y el público jubiloso invadió la cancha no solo para alzar en hombros y felicitar a los atigrados, sino también a los visitantes. Con palabras de felicitación el coronel Ureta entregó a Cano, capitán del equipo local, el trofeo donado para el partido.
Culminado el partido, en el local del FBC Aurora, los dirigentes de dicha institución agasajaron a los jugadores locales y a varios brasileños demostrándose así una marcada confraternidad, entusiasmo y alegría entre los arequipeños y los brasileños. El São Cristóvão se despediría de la ciudad blanca la noche del 23 al enrumbarse a Bolivia por tren, no sin antes dar vivas por Arequipa y agradecimientos por las atenciones recibidas en la ciudad.
Días después del encuentro, la mismísima Federación Peruana de Futbol, enviaría sus felicitaciones al cuadro atigrado por su estupenda actuación sobre los brasileños, la misma que vino acompañada de un trofeo como premio a esta destacada actuación.
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